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Bienvenidas, bienvenidos

¡Hola a todas y todos!

Sean bienvenidos a las jornadas de la Cátedra Gramsci del Instituto Juan Marinello, de Cuba en El Salvador...

Este será nuestro espacio de encuentro virtual para compartir y dejar constancia de nuestras actividades durante estas semanas. A partir de este momento, esta dirección es también nuestra casa.

La invitación es, por ahora, a escribir, en los comentarios, expectativas y deseos de cara  a las jornadas de trabajo que ahora se inician.
Un abrazo fraternal,
Roque

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La obra de Lenin

La obra de Lenin     [14-IX-1918;  Il Grido do Popolo ]         La prensa burguesa de todos los países, y especialmente la francesa (esta particular distinción obedece a razones claras), no ha disimulado su inmensa alegría por el atentado contra Lenin. Los siniestros enterradores  antisocialistas  han celebrado su obscena juerga sobre el presunto cadáver ensangrentado (¡oh destino cruel! ¡Cuántos píos deseos, cuántos dulces ideales has quebrado!), han exaltado a la gloriosa homicida y han dado nuevo ve r dor a la táctica esencialmente burguesa del terrorismo y del delito político.     Los enterradores han quedado decepcionados: Lenin vive, y nosotros, por el bien y la suerte del proletariado, deseamos que recobre pronto el vigor físico y vuelva a su puesto de militante del socialismo internacional.     La bacanal periodística habrá tenido también su eficacia histórica: los proletarios han comprendido su significación social. Lenin es el hombre más odiado del mundo

Socialismo y cultura

Socialismo y cultura     [29-I-1916;  Il Grido do Popolo ]         Nos cayó a la vista hace algún tiempo un artículo en el cual Enrico Leone, de esa forma complicada y nebulosa que le es tan a menudo propia, repetía algunos lugares c o munes acerca de la cultura y el intelectualismo en relación con el proletariado, oponiénd o les la  práctica , el  hecho histórico , con los cuales la clase se está preparando el porvenir con sus propias manos. No nos parece inútil volver sobre ese tema, ya otras veces tratado en el  Gr i do  y que ya se benefició de un estudio más rigurosamente doctrinal, especialmente en la  Avanguardia  de los jóvenes, con ocasión de la polémica entre  Bordiga , de Nápoles, y nuestro Tasca.     Vamos a recordar dos textos: uno de un romántico alemán,  Novalis  (que vivió de 1772 a 1801), el cual dice: «El problema supremo de la cultura consiste en hacerse dueño del propio yo trascendental, en ser al mismo tiempo el yo del yo propio. Por eso sorprende

Utopía

  Utopía     [25-VII-1918;  Avanti ]         Las constituciones políticas están en necesaria dependencia respecto de la estructura económica, de las formas de producción y cambio. Con el simple enunciado de esa fórmula creen muchos tener resuelto todo problema político e histórico, poder impartir lecciones a diestra y siniestra, poder juzgar sin más los acontecimientos y llegar, por ejemplo, a la co n clusión siguiente: Lenin es un utópico, los infelices proletarios rusos viven en plena ilusión óptica, les espera implacablemente un despertar terrible.     La verdad es que no existen dos constituciones políticas iguales entre sí, del mismo modo que no existen dos estructuras económicas iguales. La verdad es que la fórmula en cuestión no es en modo alguno seca expresión de una ley natural que salte a la vista. Entre la premisa (estructura económica) y la consecuencia (constitución política) hay relaciones nada simples ni directas, y la historia de un pueblo no se docume